luciana

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Novato

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Una necrológica escrita por el propietario de la casa donde vivía el Libertador en Boulogne-sur-mer muestra una faceta más humana del héroe argentino.



Lejos de la imagen broncínea de las figuritas escolares, el recuerdo de José de San Martín en palabras de su amigo, publicadas el 21 de agosto de 1850 en un diario de Boulogne-sur-mer muestra un héroe humano, habla de sus últimos años y deja bastante mal parado a Simón Bolívar.

La necrológica -que reprodujo el diario Infobae- fue escrita por Adolph Gérard, propietario de la casa que San Martín habitó en Boulogne-sur-mer durante poco más de un año y medio y en la cual murió. El general alquilaba un piso del edificio de la Grande Rue 105 –hoy propiedad de la República Argentina- en cuya planta baja residía el propio Gérard, abogado, periodista y por entonces director de la biblioteca de esa ciudad marítima del noroeste de Francia.

"El señor de San Martín era un bello anciano, de una alta estatura que ni la edad, ni las fatigas, ni los dolores físicos habían podido curvar. Sus rasgos eran expresivos y simpáticos; su mirada penetrante y viva; sus modales llenos de afabilidad; su instrucción, una de las más extendidas; sabía y hablaba con igual facilidad el francés, el inglés y el italiano, y había leído todo lo que se puede leer. Su conversación fácilmente jovial era una de las más atractivas que se podía escuchar. Su benevolencia no tenía límites. Tenía por el obrero una verdadera simpatía; pero lo quería laborioso y sobrio; y jamás hombre alguno hizo menos concesiones que él a esa popularidad despreciable que se vuelve aduladora de los vicios de los pueblos. ¡A todos decía la verdad!", dice la minibiografía que escribió Gérard y que fue publicada por el "Impartial", de Boulogne.

La publicación es una joya no sólo porque fue escrita a cuatro días de la muerte del general, sino porque arroja luz sobre algunos hechos que se consideran controvertidos en la vida de San Martín, como el famoso encuentro con Bolívar en Guayaquil. Según Gérard, San Martín ofreció a Bolívar su ejército para ir a liberar Perú, y éste se negó a aceptarlo porque quería anexarlo a Colombia.

"Con vanos pretextos, Bolívar se negó. Su pensamiento no es, parece, difícil de penetrar: quería anexar el Perú a Colombia, como había anexado el territorio de Guayaquil. Para eso, debía concluir solo la conquista. Aceptar la ayuda de San Martín, era fortalecer a un adversario de sus ambiciones. Bolívar sacrificó por lo tanto sin hesitar su deber a sus intereses”", dice la publicación del francés.

Del pensamiento político de San Martín dice que era "partidario exaltado" de la independencia de las naciones: "Sobre las formas propiamente dichas de gobierno no tenía ninguna idea sistemática. Recomendaba sin cesar, al contrario, el respeto de las tradiciones y de las costumbres". Hablaba, además, contra las "impaciencias de reformadores que, so pretexto de corregir los abusos, trastornan en un día el estado político y religioso de su país: 'Todo progreso, decía, es hijo del tiempo'".